martes, 22 de noviembre de 2011

Los meses pasaron y entendí el error, del deseo desesperado por sentir calor. Inocencia desvanecida en ritos de pasión herida. Fui calmando mi apetito sin medida. Coqueteos con el sida, prometiendo y sin ponérmelo; y un móvil que no responde como única despedida. Caminando y sin dar crédito, maldiciendo aquellos hábitos sin merito vacíos y suicidas. Si la tentación llamaba, yo acudía. Y me sacudía la monotonía de otro día.. No podía abandonar el sudor que aquellos senos me ofrecían. Y en su lujuria me hundía y me derretía. Y es que solo fui otra victima que creía ser verdugo, del sexo sin compromiso y de su placer mudo. Cansado y harto volví a mi cuarto triste y oscuro, fue así como comprendí que sin amor no hay futuro.

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